UN HIDROAVIÓN
GIGANTE EN LAS ISLAS
Secundino E.
Darias García, historiador experto en Aviación, Santa Cruz de Tenerife.
(Extracto del
artículo “Gigantes alemanes sobre Canarias” publicado en Diario de Avisos el 22 de
abril de 2011).
A comienzos de
1931, el gigantesco hidroavión Dornier Do X hizo escala en Gran Canaria, donde
permaneció durante algunos meses mientras se le efectuaban unas reparaciones.
Friedrich Christiensen, piloto
del Dornier Do X
(Fuente: colección de Secundino E. Darias García).
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A finales de
la década de los años 20, Alemania emprendió numerosos proyectos aeronáuticos
con la idea de establecer conexiones con América del Sur. Se pensó en diversas
fórmulas para lograrlo. Una de ellas dispondría de dirigibles como principal
medio de transporte. Sin embargo, también se pensó en el uso de grandes
hidroaviones que pudiesen desarrollar. Surgió así el Dornier Do X, un
hidroavión que marcó un hito en la historia por su diseño. Fue el más grande
hasta entonces construido, con 40 metros de largo, 48 de envergadura y 10 de
alto. Disponía de 12 motores de 610 caballos de potencia cada uno, distribuidos
en parejas en tándem, y se convirtió en el primer avión en disponer de tres
cubiertas. En la superior, se encontraban la cabina de control, la sala de
máquinas y la de radiotelegrafía. La segunda contaba con camarotes
individuales, comedor con cubertería de lujo y un salón de siete metros de
largo decorado con alfombras persas. Por último, la tercera estaba destinada a
la carga. El Do X batió todas las marcas de capacidad de pasajeros en 1929
cuando transportó 169 personas, es decir, diez tripulantes, 150 pasajeros y nueve
polizones que se habían colado a bordo. En 1930, inició un vuelo de
demostración por Europa y América, que le llevaría a realizar una escala en Las
Palmas. A los mandos del Do X, estaría Friedrich Christiansen, antiguo as de la
Primera Guerra Mundial y experto en el pilotaje de todo tipo de hidros, y se
encomendó la tarea de supervisar aquel vuelo a Fritz Hammer, el gran pionero de
las líneas aéreas en Sudamérica.
Antes de la
escala en Canarias, el hidro visitó Lisboa, donde un incendio en una de las
alas provocó graves daños que acarrearon una prolongada reparación por espacio
de seis meses. Una vez concluidas, el 31 de enero puso rumbo directo a Las
Palmas, realizando el recorrido más largo que hasta entonces había desarrollado,
con 1.334 km
de distancia. El Do X apareció sobre la ciudad hacia las 12:00 efectuando una
pasada sobre la población. Numerosos ciudadanos, situados en azoteas, ventanas
y balcones, o desde las mismas calles, pudieron admirar así el paso del enorme
hidro, que, tras realizar un giró hacia el Puerto de la Luz, efectuó el amaraje
a las 12:20 dentro de sus aguas. La maniobra de amarre se llevó a cabo con sólo
dos motores encendidos, quedando sujeto a la boya de la Junta de Obras del
Puerto. En los muelles una multitud de curiosos observaba asombrada los
movimientos de aquella enorme embarcación con alas. Las principales autoridades
se acercaron, para felicitar a Christiansen, saludar a Fritz Hammer y dar un
caluroso recibimiento a otro pasajero muy especial, el almirante portugués Gago
Coutinho, quien, con Sacadura Cabral, había realizado escala en Las Palmas en
1922, durante la primera tentativa de cruce del Atlántico Sur.
Las enormes dimensiones del Dornier Do X pueden apreciarse en comparación
con el personal del hidro subido en las alas y el morro (Fuente: mission4today.com).
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Aunque la
acogida había sido extraordinaria en Las Palmas, el largo retraso acontecido en
Lisboa no permitía más pérdida de tiempo. Christiansen se dispuso a reanudar el
vuelo al día siguiente con rumbo a Cabo Verde. Aun así, el hidro tuvo problemas
para maniobrar por el mal estado del mar y por haberse parado uno de sus
motores. Los mecánicos alemanes se dispusieron a repararlo lo antes posible y,
unos días después, volvió a estar en disposición para reanudar el viaje. Se
estudió el despegue desde el Puerto de la Luz a plena carga encontrándolo
inviable, por lo que se decidió efectuarlo desde Gando. El día 4 el Do X fue
aligerado de todo el peso prescindible y voló hasta allí. Otra vez cargado, se
intentó el despegue, pero el mar se encontraba agitado y una ola dio un fuerte
golpe al hidro causándole daños en el ala derecha y en el casco. De inmediato,
la maniobra fue abortada y el aparato fue remolcado a Las Palmas. Allí, se
determinó que las reparaciones durarían algunas semanas, mientras que las
piezas necesarias tardarían en llegar desde Alemania unos quince días. Esta
circunstancia adversa, sin embargo, permitió admirar algún tiempo más al gran
hidroavión en Las Palmas, generando nuevas noticias. Por un lado, aprovechando
la estancia de Coutinho, se le dedicó una calle de la cuidad. Fritz Hammer,
junto con miembros de la tripulación del Do X, viajó a Tenerife para
inspeccionar la Bahía de los Cristianos, donde existían buenas condiciones para
crear una escala tanto para aviones terrestres, es decir, no hidros, sobre el
terreno cercano a la playa, como para hidroaviones en la zona de agua.
El hidroavión sobrevolando Nueva York. Al fondo, a la derecha, la Estatua de la Libertad (Fuente: La conquete de l´Atlantique Nord et Sud). |
El ministro
italiano de Aeronáutica, Italo Balbo, quien regresaba a su país en barco desde
Brasil, tras haber efectuado la primera travesía atlántica de una formación de
hidroaviones, solicitó que el trasatlántico en el que viajaba hiciera escala en
Las Palmas para observar en persona al Do X y saludar a Christiansen y a
Coutinho, a quien conocía desde hacía años. El interés de Italia por este
modelo se materializaría ese mismo año con la entrega de dos Do X para su uso
en líneas aéreas comerciales en aquel país. Durante la estancia del Do X, se
habilitó un varadero provisional en los terrenos de la COPPA, la empresa
encargada de las obras de ampliación en el Puerto de la Luz. Las reparaciones
en el hidro concluirían así a finales de abril y el 1º de mayo reanudaba el
viaje, llevándole a otras escalas en África, Sudamérica, el Caribe y los EEUU,
y regresando a Alemania a través del Atlántico Norte. A su llegada, el hidro
finalmente fue a parar a manos de Lufthansa. Sin embargo, el proyecto de su uso
en una posible línea transoceánica quedó aparcado. Sus bajas prestaciones,
sumadas a los accidentes ocurridos en el viaje, de los que tampoco se libró
tras su regreso a Alemania, lo marginaron como candidato en favor de los
dirigibles. Los únicos Do X que volaron en líneas regulares fueron así los
entregados a Italia. El Do X que había volado a Canarias fue entregado por
último a un museo en 1934, quedando destruido en un bombardeo aliado durante la
Segunda Guerra Mundial.
Imágenes en movimiento de la estancia en Las Palmas encontradas en Italia.
ResponderEliminarhttp://youtu.be/FeKVspK3xf4